2ª EDICIÓN
1ª EDICIÓN
Se supone que si eres joven, sana y quieres ser madre te resultará
fácil quedarte embarazada. Pensamos en los hijos que tendremos, a qué
edad nos gustaría ser madre… parece todo muy fácil y natural. Pero, a
veces, conseguir un embarazo y que llegue a buen término no es tan fácil
y natural como solemos pensar. Cuando las cosas se complican comenzamos
a transitar por un camino arduo y desconocido. Hay que adaptarse a
nuevas opciones que ni se nos habían pasado por la cabeza, enfrentar
miedos, impotencia, dolor, dudas… Prejuicios que solemos pensar
superados en torno a la infertilidad, a nuestra capacidad para concebir,
miedo y vergüenza a explicar lo que nos está pasando se nos hacen
presentes.
Plantando cara a la infertilidad es
un testimonio valiente, en primera persona, que aporta a las mujeres
que están afrontando un tratamiento de reproducción asistida una
historia real con la que se sienten identificadas. Un libro que les
proporciona fuerza y ánimo para continuar. Y aquellos que tienen seres
queridos que sufren la infertilidad, encontrarán un relato que les
ayudará a comprender mejor lo que estas personas están viviendo.
1ª EDICIÓN
A menudo creemos que podemos decidir cuándo y cómo emprender la aventura
de tener un hijo, y planificamos nuestra maternidad: “Tendré un hijo
antes de los 30” o “tendré tres hijos”, podemos llegar a pensar. Sin
embargo, llegado el momento, muchas mujeres se sorprenden al descubrir
que la maternidad no está bajo su control y todos sus planes se rompen.
En Plantando cara a la infertilidad la autora relata en primera persona
su experiencia personal; una de esas historias en las que lograr ser
madre es algo más complicado que decidir cuándo es el mejor momento.
En su larga lucha contra la infertilidad experimenta grandes dosis de
miedo y soledad, de impotencia y frustración, pero gracias a su firme
determinación todo el dolor acabará por transformarse en una felicidad
infinita. Este relato pretende dar fuerza y una luz de esperanza a las
parejas que se encuentran en la misma situación. Aunque el camino esté
lleno de obstáculos y sea duro y agotador, siempre merece la pena luchar
por un sueño.
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